© Fernando Maldonado: "Rincón del ensueño" |
En algún momento, toda vida navega en un mar surrealista.
La experiencia de este encuentro, de este sincretismo entre lo onírico y lo lúdico acontece con mucha más frecuencia en la vida de los seres que flotan en el arte y viven la angustia de este ejercicio.
A veces todo es sueño y juegos. Los símbolos se aferran a nosotros y dejan su impronta imborrable..., qué le vamos a hacer, es la alegría o la pena de vivir.
El artista tiene el recurso de expresarlo plásticamente y se libera temporalmente de su presencia, pero luego, como los tiernos recuerdos del amor, vuelven a aparecer y se repite sin solución de continuidad en su constante quehacer.
Siempre vivimos los versos de Calderón... Nuestra vida es un sueño.